Cada tanto, durante el día, su mente era ocupada completamente por el fútbol. Estaba tan entusiasmado por el juego que los sábados, uno de los días de mayor circulación en su negocio, cerraba la tienda temprano para poder ver los partidos del modesto Calthorpe, un equipo local fundado por uno de sus amigos escoceses.
Motivado por su pasión decidió vender toda clase de equipaciones futboleras en el costurero lo cual le permitió conocer muchas personas y convirtió su local en un punto de referencia para todos los aficionados. Fue en una de aquellas interminables tertulias donde descubrió una de sus grandes pasiones, el club de fútbol Aston Villa.
Para esa época el Aston Villa era un pequeño club fundado en 1874 por cuatro chicos, Jack Hughes, Frederick Matthews, Walter Precio y William Scattergood quienes asistían regularmente a la capilla de Cruz Villa en Handsworth, y pensaron que sería una buena idea invitar a McGregor a integrar el comité directivo. En poco tiempo, McGregor administraría el club y con su gran creatividad crearía su escudo dominado por un león, inspirado en el estandarte real de su Escocia natal. Empezaba una larga historia que engrandecería aquel equipo de las Midlands y nos regalaría una de las ligas más importantes en la actualidad.
La organización del fútbol en esa época, mediados de los 80, era un caos total, es más me atrevería a decir que no existía, pese a que la Football Association (FA) llevaba algunas décadas existiendo, más concretamente desde 1863. Los equipos no cumplían sus compromisos, llegaban con menos jugadores, con calzado de calle y no existía un calendario serio de partidos. Se abría un importante debate en el naciente fútbol inglés entorno a la profesionalización del juego.
Aburrido de aquella impuntualidad e improvisación McGregor decidió actuar. Escribió una carta a sus colegas del Preston North End, Blackburn Rovers, Bolton Wanderers y el West Bromwich Albion con lo siguiente:
- “Les propongo que 10 o 12 equipos de los mejores de Inglaterra se organicen para jugar partidos entre ellos en casa y fuera cada temporada...”
Aprovechando la final de la FA Cup de 1888 (este torneo ya se venía disputando desde 1872) en Londres, los presidentes de los principales equipos del país se reunirían para darle más forma a aquella idea. Entre café y tabacos pues McGregor no tomaba alcohol, llegó la inspiración divina y se decidió llamar a la competición ‘Liga inglesa’, solo podría ser disputada por un equipo de cada ciudad y se crearía un calendario de partidos, cada victoria otorgaría dos puntos y el empate solo uno. Una decisión trascendental que convertiría nuestro deporte favorito de ser un simple pasatiempo a un ámbito más profesional. La primera temporada se jugaría entre 1888 y 1889.
Ese fue el puntapié inicial de lo que hoy se conoce como el formato de liga, se fundaría la Football League que hasta la llegada de la Premier League en 1992 (esa es otra parte de la historia más adelante), sería la principal competición de las islas británicas.
Años después, aquel costurero escocés sería honrado por la FA por sus servicios al deporte así como por su club, el Aston Villa, al que estuvo vinculado por más de 20 años. Es considerado uno de los hombres que más influyó en el juego cambiándolo para siempre pasando de ser un pasatiempo informal a una industria tal y como la conocemos a día de hoy. Desde 2008, en la entrada principal del estadio de Villa Park, se encuentra su estatua en bronce en homenaje al ‘padre’ las competiciones ligueras.
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