Los jugadores del Club Atlético Independiente de Avellaneda entran al campo y se forman en una fila, el capitán
de turno da un paso adelante y levanta las manos, lo siguen sus compañeros y
con mística y compromiso saludan los cuatro costados del estadio Libertadores
de América. La gente responde al unísono y disfruta del inicio de otra fecha en
la cual el popular equipo de Avellaneda luchará por conseguir los anhelados
tres puntos que lo pueden acercar a un título. Pero, ¿de dónde viene este espiritual
saludo que por muchas décadas fue signo de identidad de uno de los clubes más
grandes de la Argentina?
La identidad de un club de fútbol
está determinada por construcciones sociales a lo largo del tiempo que lo
diferencian de los demás, ¿quién se imagina una salida del Liverpool a la
cancha de Anfield Road sin el tradicional ‘You’ll never walk alone’ o el West
Ham United saltando al terreno de juego sin las tradicionales burbujas de jabón
surcando la boca del túnel?
Hace cuatro décadas era imposible
pensar en Independiente de Avellaneda sin el saludo arriba descrito que marcó
la época más gloriosa del club a nivel nacional e internacional. En la década de
los 60, Independiente atravesaba por una época plagada de duras críticas por
parte de la hinchada y las despiadadas editoriales de los medios de
comunicación cuando Jorge ‘Chivita’ Maldonado, capitán del equipo campeón en la
temporada 1960, se le ocurrió después de salir a la cancha dar un paso adelante
y mostrarle a todo el estadio sus manos limpias en señal de protesta. Era una
consigna en la cual quería demostrar que tanto él como sus compañeros no tenían
nada que esconder.
Este gesto de protesta se
convirtió en el santo y seña de un equipo que ganó todo lo posible y se denominó
‘Rey de Copas’ de América, título que aun ostenta al ser el conjunto con mayor
número de campeonatos en Copa Libertadores con siete conquistas, así como dos
intercontinentales y dieciséis de Primera División, solo para nombrar los más
importantes.
Cada fecha, grandes jugadores
como Ricardo Pavoni, Raúl Emilio Bernao, Pepe Santoro, Raúl Armando Savoy y
Roberto Ferreiro, entre muchos otros, saludaban a su hinchada delirante en las
tribunas hasta que poco a poco esta tradición fue desapareciendo con las nuevas
generaciones.
Fue precisamente el fallecimiento
del último de esta lista, ‘Pipo’ Ferreiro, el acontecimiento que devolvió esta
tradición a las primeras planas cuando un 23 de abril de 2017, tres días
después del deceso, Nicolas Tagliafico, con la cinta de capitán en su brazo y
enfundado en la camisa numero 4, dio dos pasos adelante y respaldado por su
equipo saludó al público emulando el histórico saludo y rindiendo un sentido
homenaje a aquel que, como él, fue lateral del ‘rojo de Avellaneda’.
Seguramente Ariel Holan, técnico
del equipo y fanático desde la cuna tuvo mucho que ver con este rescate de la
tradición que afortunadamente siguen aplicando partido a partido incluso
desafiando a la Conmebol que lo prohibió para la final de Recopa Sudamericana contra
Gremio de Porto Alegre a principios del 2018.
1 comentario:
Excelente reseña del que fue uno de los mejores clubes de Sudamericano y que llevamos muchos jóvenes de esa época en el corazón y gozabamos y sufriamos a través de la distancia. Felicitaciones!!! ...excelente escrito!!!.JWM.
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