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Uno de los que le acompañaban en la mesa tapó el micrófono ¿estas seguro que quieres decir esto? Preguntó con una muestra de nervios, a lo cual Geoff Hurst aseguró que si, lo que acababa de hacer el héroe de aquella final del mundial 66, el único jugador en la historia en anotar un Hat trick en el último partido de una Copa Mundo, era acabar con una de las incógnitas más grandes del la historia del futbol, su segundo gol, tercero de Inglaterra aquella tarde no había traspasado la línea.
Después de ser preguntado por enésima vez en su vida por aquel gol dudoso, después de 44 años el ex delantero del West Ham United y de la selección inglesa dijo: "The ball never crossed the line” (el balón nunca cruzó la línea. Era un peso que sus hombros no podían mantener por más tiempo.
Hurst había empezado aquel campeonato en el banquillo pero la lesión de Greaves en el tercer partido de la fase de grupos frente a Francia le había abierto un espacio en el once titular para enfrentar a Argentina en Wembley por los cuartos de final, el joven jugador capitalizó su presencia y en un juego, tampoco exento de polémica, anotó el único tanto del vertiginoso encuentro. Wilson combinó con Peters por la banda derecha, este lanzó un centro cruzado que lo encontró muy bien situado para cabecear al ángulo donde el portero Roma no pudo llegar.
Así nada más debut y gol, parecía bendecido por Dios, jugaría también la semifinal frente a Portugal, Inglaterra ganaba el partido 1-0 pero Eusebio y su combo se acercaban cada vez más a los predios de Gordon Banks, la cosa no pintaba muy bien cuando él, a once minutos del final, se llevó un balón por la banda, superó con fuerza la entrada de Carlos, llegó a línea de fondo y sacó la mirilla para encontrar en un centro atrás la afinada pierna derecha de Bobby Charlton, 2-0 y tranquilidad absoluta, la final estaba a la vuelta de la esquina, la gran duda era si podría disputarla al estar Jimmy Greaves recuperado.
Alf Ramsey entrenador de Inglaterra tenía que tomar una dura decisión, pero las buenas presentaciones de George lo hicieron decantarse por él para titular y puso en la cuerda floja a otro de los atacantes, Roger Hunt, quien finalmente le ganó a Greaves el pulso por la titularidad debido a su continuidad a lo largo del campeonato. Después de todo iba a jugar la final, se lo había ganado.
Era el partido del siglo en Inglaterra, por primera vez los inventores del Foot-ball llegaban a la final del torneo más importante y su rival, la Alemania de Helmut Shoen, tenía algunos problemas, no llegaba del todo bien a este partido. El primero era su portero, Hans Tilkowski quien estaba lastimado en un hombre y no podía llegar con propiedad a los balones por alto, el otro era en la delantera, Lothar Emmerich era el indiscutible goleador de la Bundesliga además había metido un importante gol frente a Suiza pero ahora lucia agotado y falto de audacia.
Pronto el entrenador bávaro tuvo que resignarse y convivir con las adversidades para el partido, Sepp Maier arquero suplente se lesionó y si sacaba a Emmerich y Alemania perdía, sin dudarlo un momento el país entero pediría su cabeza.
El gran favorito el día de la final era Inglaterra, además de jugar frente a su público los británicos también contaban con un record, durante 65 años la selección de los tres leones nunca había perdido frente a Alemania, esta vez en el partido más importante de su historia no dejarían por nada del mundo que esto pasara.
Sin embargo los primeros minutos fueron totalmente para el visitante, a los trece minutos de partido Wilson rechazó de cabeza un centro de Held desde la izquierda con tan mala fortuna que el balón cayo a los pies de Haller quien con agilidad se busco un recoveco de donde patear y vencer a Banks por bajo, 1-0 y banderas germanas ondeando en Wembley.
Los nervios no cundieron en las filas británicas, pese al balde de agua fría siguieron tranquilamente desplegando el futbol que los había llevado a la final, seis minutos después Overath hizo una falta al eterno capitán Bobby Moore, este en un acto completo de pillaje y astucia futbolística sacó un rápido y largo centro al corazón de área donde, quien si no, Geoff Hurst cabeceaba y anotaba el empate, Tilkowski protestó a sus compañeros, les habían ganado la espalda y el sacrificado había sido el, además su hombro no se encontraba bien después de un choque en los primeros minutos con el protagonista de esta historia.
El marcador de nuevo estaba igualado, todo estaba de nuevo en su sitio, pero el partido se empezó a tornar frenético, los dos equipos practicaban un futbol completamente abierto, los ires y venires agitaban a la gente en las tribunas y destrozaban los nervios de los entrenadores en los banquillos.
Otro cabezazo de Hurst puso de manifiesto la incomodidad del portero alemán, Tilkowski solo pudo palmear y Ball remató a puerta vacía por fuera. En otra jugada fueron los teutones quienes tuvieron también posibilidad de alcanzar la ventaja pero Banks sacó un doble remate de Emmerich. Las oportunidades se sucedían en los dos marcos hasta que el arbitro Dienst dio por terminada la primera parte.
La segunda parte inicio bajo una intensa lluvia y con menos ímpetu que la primera, un letargo se apoderó de los 22 jugadores, mucho control de balón y mucho estudio del rival, los contrincantes estaban empezando a temerse, ninguno de los dos quería perder.
Fue faltando doce minutos para el final cuando los ingleses rompieron el encanto, Ball forzó un tiro de esquina, el mismo lo cobro, Hurst remató fuerte pero el balón fue rechazado, se elevo, cuando bajo fue Peters quien con un remate lo envió a las mallas de Tilkowski, 2-1, Inglaterra se ponía por delante.
Los equipos alemanes se caracterizan por nunca dar un partido por perdido, pues este de 1966 no era la excepción, cuando ya todo el mundo pensaba que estaba todo dicho, en el último minuto Weber aprovecho un rebote en el área inglesa después de un centro de Emmerich y batio a Banks, 2-2, abría tiempo extra.
Los jugadores se derrumbaron en el césped de Wembley, el esfuerzo había sido muy grande, pero allí jugo un importante papel el mítico Alf Ramsey, ingresó al campo de juego para arengar a sus exhaustos jugadores, “ustedes ya ganaron el mundial una vez, ahora gánenlo otra” refiriéndose al empate tardío alemán, “además mírenlos, están acabados” prosiguió.
El primero en demostrar su alta moral fue Allan Ball, sus constantes internadas por la banda empezaron a sacarle el poco oxigeno que le quedaba al equipo alemán, fue en una de ellas cuando dejó atrás a Schnellinger y centró sobre la marcha encontrando a Geoff Hurst quien remató furiosamente de pierna derecha, el balón reventó en la parte inferior del larguero y rebotó en el césped, Roger Hunt de quien sabemos había sido duda hasta el último momento, levantó los brazos, ¿gol? Tilkowsky negaba con sus manos, un remolino de jugadores rodeó al arbitro Dienst de Suiza, él no lo sabía, se dirigió a la banda para consultar con su asistente, el ruso Bakharamov quien dio por válido el gol, 3-2.
Alemania se lanzó al ataque y dejó su portería al descubierto, Bobby Moore se aprovecho de ello y encontró arriba de nuevo a Hurst quien solo frente a Tilkowski apostilló el 4-2 y anotó su tercer gol de la tarde, la gente se precipitó al campo de juego e Inglaterra ganó su único mundial hasta ahora. George Hurst era un héroe.
Pero como a la mayoría de los héroes, lo rondaba un fantasma el cual se quitó el 31 de marzo de 2010 admitiendo que aquel disparo nunca traspasó la línea de gol, “Tengo una gran deuda con Tofic Bakhramov, si estuviera aquí le estrecharía la mano , gracias a él tengo un hat trick en una final de la Copa del Mundo y un lugar en la historia, el valor de aceptar esto tantos años después lo hacen más héroe aún.
2 comentarios:
es increible que el unico titulo de inglaterra en una copa del mundo haya sido conseguido con un gol inexsistente, pero esoes lo bonito del futbol y a la vez lo injusto que lo hacen inigualable y rey de los deportes, excelente articulo como siempre, continuo leyendote un saludo amigo
Uno de los goles mas polémicos de la historia sin duda, era el Mundial de Inglaterra y lo iba a ganar si o si. Aunque esa jugada puede repetirse en cualquier partido porque la FIFA no hace nada por evitar los goles fantasmas.
Muy bueno el artículo.
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