Ahora, en nuestros días, nos toca Mourinho, un técnico irreverente, que se deja llevar por su carácter, lleva las cosas a un plano personal, arremete contra los árbitros, calienta los partidos y aparte de su polémica faceta en la línea de cal, tiene una característica que lo hace querido por muchos (generalmente los hinchas del equipo donde trabaja): es ganador. Pero él no inventó esto, antes otros también dieron esta imagen a veces desagradable, en este post recordaremos al gran “HH” Helenio Herrera.
“Di Stéfano es el jugador más grande de la historia. Más que Pelé. Di Stéfano juega en la defensa, en el medio y de delantero en el mismo partido. Pelé juega sólo de delantero. Di Stéfano hace todo lo de él y además lo de Pelé”
"Una vez un periodista me preguntó por qué dirijo sólo equipos grandes, pues porque los chicos no pueden pagarme"
Las anteriores son solo algunas de las frases que hizo popular Helenio Herrera en su época como entrenador, nacido en Buenos Aires no reconoció a Argentina como su patria, este hijo de españoles inmigrantes regresó pronto cerca de la península ibérica para establecerse con su familia en el Marruecos francés de los años 20 y fue allí, en el país africano, donde tuvo sus primeros contactos con una amiga que jamás le abandonaría: La pelota.
Inició su carrera como futbolista en el Roches Noires de donde luego pasaría al notable Raja de Casablanca, luego marcharía hacia Francia a los 22 años donde agotaría la mayoría de su carrera como futbolista y empezaría su andadura de pie junto a la línea de cal al frente del Puteaux.
Desfiló por varios equipos franceses y la selección nacional pero la diosa Victoria le vino a guiñar el ojo en España, cuando comandando el Atlético de Madrid, al cual tan pronto llegar, hizo campeón por dos temporadas seguidas, 49-50 y 50-51. Allí en el estadio Metropolitano de Madrid empezó a demostrar sus capacidades como entrenador, sus jugadores se destacaban por su aplicación táctica, solidez en defensa y poder al contraataque.
Después de cuatro temporadas con el escudo blanquirojo y del oso y el madroño, Helenio hizo maletas hacia la costa a dirigir el Málaga, luego cruzaría el país hasta Galicia para salvar al Deportivo la Coruña del descenso.
Nómada desde pequeño, regresaría a Andalucía para dirigir al Sevilla donde el club de nervión alcanzaría cotas inimaginables en la época, un subcampeonato de Liga. Al Morir Sánchez Pizjuan, presidente que dio nombre al estadio del equipo, Herrera de nuevo emprendió un camino que después de un breve periplo en Os Belenenses de Portugal lo llevaría a la ciudad Condal, el Barcelona le abría sus puertas.
Repitió el éxito conseguido en la capital ganando dos ligas con los blaugranas y le añadió una Copa de Ferias antes de casar una pelea con uno de los emblemas del equipo, Ladislao Kubala quien, no personalmente, pero por solicitud suya, le abrió la puerta de salida.
Helenio recogió sus cosas y se marchó, en su equipaje también arrastró al mejor jugador del Camp Nou, Luis Suárez, su brújula ahora apuntaba a Milán, el Inter sería su nuevo hogar.
En la bota itálica conseguiría conformar el mejor equipo “neroazzurro” de la historia, ganarían dos Copas de Europa, dos Intercontinentales, tres ligas y una Copa Italia, Herrera alcanzaría el mejor momento de su carrera, fue apodado “El mago”.
Hasta el día de hoy es el único entrenador que ha dirigido tres selecciones: España, Italia y Francia.
Dejó a la historia del fútbol cosas como ser uno de los primeros entrenadores que utilizó la psicología para motivar a sus jugadores y desconcertar a los contrarios, salir él primero y provocar a los rivales para ser el centro de atención quitando presión a sus dirigidos, promulgó siempre la victoria antes del juego bonito y muchas veces su estrategia fue catalogada de “ultradefensiva”, siempre dijo lo que pensaba sin importar a quien y en el medio dejó pocos amigos, las hinchadas de los equipos por donde pasó cosechando títulos todavía lo recuerdan con cariño pero las rivales le guardan un enconó infinito.
Así fue uno de los primeros, con esto se ve que “The Special One” no se ha inventado nada, simplemente es el que le tocó a nuestra generación, pertenece a una estirpe de técnico que pocas veces se repite pero cuando está es genial, en el estadio un villano, dentro del camerino un ser especial que logra sacar lo mejor de sus jugadores. Un ganador, odiado, pero nato.
1 comentario:
Muy documentado...FELICITACIONES!!!
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