Omar Sivori terminó de construir el Estadio Monumental





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Omar Sivori entró con 17 años a substituir a una de los glorias de River Plate, era Ángel Labruna quien dejaba aquel partido contra Lanús en la temporada de 1954, y no se daba cuenta que daba el relevo a otro jugador que determinaría la historia del club 'millonario'. A pocos minutos de su ingreso  a la cancha, el jovencito pondría el broche de oro a un partido en el que Walter Gómez ya había anotado 4 goles para el equipo riverplatense. El suyo sería el quinto tanto, con el que sepultaban al equipo ´granate' aquella tarde.

De su mano, el equipo de la ‘banda’ daría tres vueltas olímpicas consecutivas en los años 1955, 1956 y 1957 y como buen mediocampista ofensivo, dibujaría en las bocas de los hinchas por 28 veces más, la palabra gol. 

Su calidad impresionaba a todos, diez millones de pesos argentinos, todo un récord para la época, fue el precio que pagó la Juventus de Italia por contar con sus servicios al inicio de la temporada 1957/58. Con su partida, River Plate utilizó el dinero para finalizar la construcción del Estadio Monumental.

Ya en el elenco italiano, empezó una carrera donde curiosamente un torneo liguero le sonreiría otra vez en tres ocasiones. Vestido de 'cebra', bordó en la ‘maglia’ del equipo de Turín los scuddetos de las temporadas 1957–58, 1959–60 y 1960–61, 2 torneos de Coppa Italia en 1959 y 1960, además de ser el `Capo Cannonieri' en 1960.

Lejos quedaban sus excelentes presentaciones con la camiseta de la selección Argentina al conseguir la Copa América de 1957, integrando una de las delanteras más recordadas del continente, los ‘cara sucias’ junto con Corbatta, Maschio, Angelillo y Cruz. Ahora, con doble nacionalidad, defendería los colores de la 'Squadra Azzurra' en Chile 1962.

Un año antes de aquella cita mundialista, ya se había consagrado como Balón de Oro europeo después de realizar, entre otras muchas hazañas, una impresionante presentación en el clásico con el Inter. Esa tarde anotó 6 goles en un partido atípico que terminó 9-1 a favor de los locales.

La fortuna no lo acompaño en Chile para el 1962. Una débil selección italiana quedó por fuera del mundial en la primera ronda y protagonizó uno de los escándalos más vergonzosos que la historia de este campeonato recuerda como “la batalla de Santiago”, frente a los anfitriones que llegaban calientes al partido por unas declaraciones de la prensa italiana.

Sivori se marchó del campeonato sin marcar un solo gol y experimentó la desilusión más grande en su carrera futbolística.

Después de 257 partidos y 171 con la ‘Vecchia signora’, Omar Sivori decidió que era hora de tomar otro rumbo, uno que lo llevaría al golfo de Nápoles mucho antes que otro  excelente 10 argentino, Maradona, se calzara los guayos en dicha ciudad.  

El club napolitano acababa de firmar su regreso a la Serie A del fútbol italiano después de protagonizar una de las gestas deportivas más recordadas en el continente, con escasos recursos económicos y mucho corazón, había ganado la Coppa Italia por encima de los clubes importantes de primera división.

En Nápoles también lo adoraron. Después de la irrupción del ‘Pelusa’ en la década de los 90, los ‘tifossi’ napolitanos lo denominaron “el Maradona antes de Maradona”.

En Diciembre de 1968, después de un idilio de 65 partidos y 12 goles, una compleja lesión de rodilla lo alejó de los campos de juego. Su pasión no pararía allí, dirigiría con discretos resultados a Rosario Central, Estudiantes, River entre otros, además de clasificar a la selección Argentina al Campeonato Mundial de Alemania 1974.

Después de dejar los banquillos en la década del 90, fallecería en su natal San Nicolás de Arroyos, víctima de un cáncer de páncreas. El único partido que el buen ‘cabezón’, como le apodaron en Italia, no pudo ganar.

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