Aquellos hombres vestidos de celeste, con pelo engominado y una simpática tonada rioplatense nunca habían perdido en un campeonato del mundo, ostentaban el honor de ser el primer equipo campeón mundial, bicampeones olímpicos y encadenar una racha de victorias que ya sumaban 21 partidos en el ámbito internacional, no importaba que en respuesta al desaire de los equipos europeos a su mundial en 1930, ellos no hubieran atravesado el Atlántico para participar en Italia 34 y Francia 38, en Brasil 50 derrotaron al anfitrión, gran favorito para llevarse el torneo en una gesta épica conocida como “el maracanazo” y ahora, en el verano de 1954, llegaban invictos a la semifinal contra Hungría después de derrotar a Checoslovaquia, Escocia e Inglaterra.
Sin lugar a dudas se enfrentaban aquella tarde los dos mejores equipos del momento. Por su parte Hungría llegaba al partido con el favoritismo de ser el campeón olímpico del 52 y una trituradora de gigantes tales como Inglaterra a la cual le había endosado, en su propia catedral: Wembley, una derrota humillante por 3-6. En este mundial ya habian vencido a equipos fuertes como Alemania, en primera ronda y Brasil días antes, en un partido por cuya rudeza fue llamado “la batalla de Berna”.
Ferenc Puskas, gran figura del equipo europeo no podía jugar por una entrada sin piedad del alemán Liebrich, apenas se recuperaba del tendón y con suerte podría estar en la final, que podía ser contra los mismos teutones si vencían en la otra semifinal a Austria.
A los catorce minutos del primer tiempo la superioridad de los húngaros parecía abrumadora, no le habían prestado el balón a los sudamericanos y Kocsis avanzó por el centro con desparpajo, le cedió el balón al extremo izquierdo Czibor quien engaño al portero Maspoli amagandole a la salida para luego acomodar un tiro de media altura que fue a reposar al fondo del marco uruguayo.
Andrade y Martínez empezaron a mantener el balón en posesión de los uruguayos y a generar llegadas que hubieran podido culminar en gol de no ser por el concurso del aplicado portero Grosicks. Pese a la presión del equipo sudamericano, fueron los húngaros quienes anotaron, nuevamente, Kocsis inició la jugada, combinó con Budai quien mandó un centro que remató en plancha Hidegkuti que puso el marcador 2-0. La “garra charrúa” que tanto caracterizó al conjunto uruguayo cuatro años antes volvió a aparecer, Schiaffino y Ambrois combinaron para dejar un gran pase de la muerte a Horlberg quien fusiló a placer a Grosicks, se presagiaba un emocionante descenlace.
Dicho y hecho, Uruguay salió con todo y los europeos tuvieron que soportar un vendaval, cuando el tiempo terminaba, el reloj marcaba los 41 del segundo tiempo, los celestes repitieron la dosis Schiaffino, Ambrois y Horlberg quien batió de nuevo al portero húngaro para poner las cosas 2-2 y forzar el alargue. En la celebración del gol el delantero de origen argentino, al parecer, sufrió un paro cardiaco y tuvo que ser reanimado por el kinesiólogo, Boksic salvó en el último minuto a los discípulos de Gustav Sebes, entrenador húngaro, sacando de la raya otro de los mortíferos ataques sudamericanos.
La prorroga inició con una creciente lluvia, los celestes intentaban aguantar a toda costa el resultado intentando forzar un partido de desempate en el cual podría contar con Abadie y Minguez, jugadores titulares que no habían podido jugar en este encuentro por lesión, el primer tiempo extra terminó con el marcador inamovible.
Para los segundos quince minutos emergió la figura de uno de los jugadores más habilidosos del país centroeuropeo: Kocsis. Budai de nuevo centró al área, está vez para encontrar la cabeza del delantero quien la mandó al fondo del marco defendido por Maspoli, minutos más tarde en una jugada casi calcada puso el 4-2 y liquidó el invicto de los uruguayos.
Era la primera vez que Uruguay perdía en una Copa del Mundo pero dejando una muy buena impresión. Jugarían por el tercer lugar frente a Austria que los derrotó por 3-1.
Invicto uruguayo:
Juegos Olímpicos Paris 1924:
7-0 a Yugoslavia
3-0 a Estados Unidos
5-1 a Francia
2-1 a Holanda
3-0 a Suiza
Juegos Olímpicos Ámsterdam 1928:
2-0 a Holanda
4-1 a Alemania
3-2 a Italia
1-1 con Argentina
2-1 a Argentina (Partido de desempate)
Copa Mundial Uruguay 1930:
1-0 a Perú
4-0 a Rumania
6-1 a Yugoslavia
4-2 a Argentina
Copa Mundial Brasil 1950:
8-0 a Bolivia
2-2 con España
3-2 a Suecia
2-1 a Brasil
Copa Mundial Suiza 1954:
2-0 a Checoslovaquia
7-0 a Escocia
4-2 a Inglaterra
2 comentarios:
Buen artículo, sólo puedo agregar, que este partido ha sido nominado muchas veces como el mejor de la historia de los mundiales.
Y debo corregir que Uruguay sí fue semifinalista, en 1970 disputando y perdiendo contra el Brasil de Pelé y Garrincha por 3 a 1, en otro de los grandes partidos de la historia. Disputó y perdió con Alemania el encuentro por el 3er puesto, como en 2011.
Tienes toda la razón, ya lo he corregido, gracias por leerme y dejar tu comentario.
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