El Torneo de selecciones más legendario: La primera Copa América



En los puertos de las ciudades americanas empezaron a aparecer improvisadas canchas de lo que los ingleses llamaba ‘football’. Las palmeras ya oficiaban de palos improvisados cuando de patear un balón de cuero se trataba, los llanos tampoco se podían resistir, piedras cuando no había otro árbol cerca terminaban de delimitar el área de ‘goal’. Cerca de las minas de carbón, de las nacientes estaciones de ferrocarril, o donde quiera que estaban estos trabajadores llegados de las islas, no existía otro tema que no fuera este emergente deporte que entretenía a propios y extraños en su tiempo libre.

Llega la fiebre del fútbol a Suramérica 

Poco a poco Suramérica fue sucumbiendo al frenesí de tan sencilla práctica. Su juego no demandaba, como otros de la época, grandes sofisticaciones o tener algún tipo de estatus social. Solo bastaba tener una pelota,  fuera hecha de trapo o en cuero en el mejor de los casos, un descampado y cualquier elemento para señalar las porterías.
Los equipos fueron naciendo, las ligas se fueron creando, al poco tiempo ya se construían canchas y el juego, que antes era una actividad lúdica y divertida, ahora se convertía en una cuestión de honor. Su popularidad crecía a pasos agigantados. Es ese mismo honor que se presentaba en las pequeñas canchas de barrio fue el mismo que movió a los distintos países para crear así sus primeras representaciones nacionales.

Primeras selecciones

Argentina, un país marcado siempre por la gran inmigración llegada a sus tierras (italianos, españoles, ingleses etc.) y donde el futbol tenía gran aceptación, fue el primero en organizar un certamen de selecciones. Fue en 1910 conmemorando el centenario de la Revolución de mayo, fecha bastante importante para ese país, y los invitados fueron sus vecinos Uruguay y Chile. Nacía el embrión de la Copa América.

Para 1916 otra celebración importante se presentaba en el calendario nacional argentino, esta vez y con bombos y platillos,  se celebraba el centenario de la independencia. Los festejos tendrían que ser por todo lo alto y no podía faltar el ‘football’ ya fuertemente enraizado en el país.

El Torneo

A los antes mencionados vecinos ahora, seis años después, se sumaría Brasil para conformar un cuadrangular de lo que sería denominado como Primer Campeonato Sudamericano de Selecciones.

Las cuatro selecciones jugarían una ronda de todos contra todos y la que más puntos obtuviera sería la campeona. Como era de esperarse los favoritos eran los locales y los uruguayos quienes empezaron a todo pulmón goleando en la inauguración a los chilenos 4-0. José Antonio Piendibene, apodado “el maestro” e Isabelino Gradín , marcaron sendas duplas en el estadio del Club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires donde en principio se iban a realizar todos los encuentros del torneo.

Después de aquella exhibición de los del otro lado del Rio de la Plata, cuatro días más tarde Argentina hizo su debut. Chaco, Brown y Marcovecchio no querían dejar lugar a dudas y marcaron dobletes, 6-1 terminó el partido frente a un Chile que solo pudo mantener la igualdad conseguida por Báez en la primera parte hasta el minuto 60. Argentina había sido una aplanadora.

Chile terminaba su desastrosa participación dos días más tarde enfrentando a Brasil al cual le pudo arrancar un empate en el minuto 85 por intermedio de Salazar luego que Demósthenes hubiera conseguido el 1-0 a los 29 minutos del primer tiempo.

Los favoritos se encuentran frente a frente

Ahora si venia lo bueno, los favoritos tendrían que enfrentarse cara a cara. Antes de esto, Héctor Rivadavia Gómez, dirigente uruguayo, materializó una vieja añoranza: la creación de la Confederación Sudamericana de Futbol. Su fecha, la misma del centenario argentino, el 9 de Julio de 1916.

Las cosas no podían ir mejor, el 16 de ese mismo mes, una multitud (considerada en esa época) de 16.000 personas se dieron cita en el estadio para presenciar el primer partido oficial de la historia entre Argentina y Brasil de la historia. Uno de los grandes clásicos de la historia del fútbol mundial empezaría  con un deslucido partido que resultó en un empate 1-1. Laguna había adelantado a los argentinos tan solo diez minutos después de iniciada la contienda y trece más tarde Alencar había igualado. En la segunda parte pocas habían sido las emociones y  el marcador había sido inamovible.

Uruguay empezaría a desequilibrar la balanza del torneo con una victoria frente a Brasil 2-1. Gradin volvió a anotar y Tognola a los 77 culminó la remontada después de que el mítico Arthur Friedenreich, primera gran estrella brasilera y hasta hoy segundo goleador de la historia con 1239 goles, marcara recién empezado el partido.

El campeón solo se conocería en la última fecha. Se enfrentaban los dos favoritos: Argentina, los locales, y Uruguay, que hasta ese momento había desplegado el mejor futbol del torneo.

El partido suscitó gran interés, era un clásico por múltiples razones: la cercanía geográfica, la rivalidad deportiva siempre reinante entre los dos países, la similaridad de su juego, entre otras cosas. Un ambiente de crispación se apodero de los hinchas desembocando en disturbios. El partido fue suspendido cuando solo se habían disputado 5 minutos, el resto tendría que ser disputado en las instalaciones del Racing Club donde posteriormente se construiría el Estadio Juan Domingo Perón actualmente conocido como “el cilindro de Avellaneda”.

Aquel encuentro terminó con un 0-0 que otorgaba el título a los uruguayos. El trofeo que actualmente se conoce aún no había sido fabricado pero al año siguiente se volvió a celebrar el torneo, esta vez en casa de los campeones donde ellos reeditando el titulo recibirían esa Copa de plata con base de madera que constituye el torneo de selecciones con más ediciones y legendario de la historia del futbol.


1 comentario:

Matías Rodríguez dijo...

pensar que los argentinos fuimos dominadores de ese trofe durante tantos años y ahora llevamos dos finales seguidas perdidas frente a brasil, que bronca, espero que el futuro pinte un poquito mejor, gran informe un saludo amigo continuo leyendote