Un caballo dominó una muchedumbre. Bolton 2 West Ham 0


La pasión por el ‘football’ es algo que siempre ha caracterizado a los ingleses por algo son los inventores de este deporte que nos trae a todos de cabeza. En la hora del partido, además de la cancha, los bares y sitios autorizados se llenan hasta arriba de enfervorizados ‘supporters’. El 28 de abril de 1923 el problema fue que todos se dieron cita en un mismo lugar: El estadio de Wembley.


El marco era inmejorable, final de F.A Cup, estreno del perfecto escenario del fútbol de las islas, Wembley, y dos equipos militantes en la First division que habían sorteado difíciles eliminatorias para llegar hasta allí. Ninguno había sido campeón, Bolton había estado más cerca disputando la final de 1894 perdiendo con Notts Country 4-1 y West Ham United nunca, hasta esta edición, había pasado de cuartos de final.

Las directivas de la Football Association no tenían muchas expectativas por la asistencia, después de la Primera Guerra Mundial las finales disputadas en Stamford Bridge no tuvieron mucha convocatoria, incluso llegaron a poner en marcha una campaña publicitaria alentando a la gente a asistir. Grave error.

No tuvieron en cuenta varios factores, un equipo de Londres (West Ham United) disputaba la final, era la inauguración del majestuoso templo del fútbol británico y además, como principal aderezo, el rey Jorge V asistiría al ‘match’.

Wembley tenía una capacidad oficial de 125000 asistentes, era una de las joyas de la corona, había anticipado su apertura un año, su inauguración estaba prevista para 1924 pero el buen que hacer de sus constructores precipitó la apertura de sus puertas.

5000 hinchas salieron temprano de Bolton con el ánimo de acompañar a su equipo, las calles de Londres padecían un frenético trasegar de aficionados. El clima era inmejorable y a las 11:30 las puertas de abrieron al público, varias horas antes del inicio del encuentro.

Ríos de gente empezaron a inundar los aledaños del estadio, la afluencia de público desbordaba todos los pronósticos, hasta la 1:00pm el ingreso fue ordenado pero se calcula que más de 300000 personas se agolpaban en las afueras de Wembley esa tarde. Un cuarto de hora más tarde las puertas se cerraban, aún así la gente seguía llegando haciendo caso omiso a los avisos que se trasmitieron en las paradas del tren.

A las 2:15 una multitud expectante derribó las barreras he ingresó a la parte baja del estadio desplazando a los que ya se encontraban adentro hacia el terreno de juego, no cabía un alfiler, cualquier cosa podía pasar, era una caldera.

La llegada del Rey calmó un poco la situación, después de entonar el ‘God save the king’ la muchedumbre empezó a ayudar a las autoridades a despejar el rectángulo verde, en ese momento hizo su aparición la Policía Montada, allí es donde emerge uno de los héroes de la tarde, George Scorey cabalgando en su corcel Billie, era gris pero en la televisión de la época se veía blanco.

A galope fue despejando el campo de juego. Los caminos hacia el estadio estaban completamente colapsados, incluso los jugadores del Bolton tuvieron que bajar del autobús y completar a pie la milla que les faltaba para llegar al escenario abriéndose paso entre multitud.

Tres cuartos de hora más tarde de lo previsto el partido ya estaba listo para empezar, en gran medida por el invaluable trabajo de Scorey y Billie, los asistentes con boleta que no pudieron entrar fueron correctamente tratados y se les devolvió su dinero. 150000 personas abarrotaban el estadio, no se podían ni mover cuando el árbitro silbó el inicio del encuentro.

Las anécdotas no acabarían con el arranque del compromiso, a los 2 minutos de juego el mediocampista del West Ham, Jack Tresadern, se vio envuelto por la multitud luego de un saque de banda, lo que lo imposibilitó de volver al campo de juego inmediatamente facilitando así que David Jack aprovechara la situación para de un fuerte disparo batir al portero de los ’Hammers’ y dejar K.O a uno de los hinchas detrás de la portería.

El partido se tornó de ida y vuelta, Watson casi empata el partido para el West Ham pero a los 11 minutos el partido se suspendió por única vez debido a la invasión de la cancha, la gente no cabía en las tribunas. Después de la reanulación en el entretiempo los jugadores no pudieron acceder al camerino, pasaron 5 minutos en el terreno de juego y reanudaron las acciones.

A los 8 minutos del segundo tiempo Bolton amplió la ventaja no sin controversia, Ted Vizard lanzó un centro desde la banda y Jack Smith remató a gol, el balón volvió a salir de la cabaña y los jugadores del West Ham alegaron que había pegado en un poste a lo cual el arbitro D.H Asson respondió que entró y fue rebotado por un espectador, al ponerse 2-0 a favor de los visitantes la gente empezó a abandonar el campo de juego.

El partido terminó sin muchas emociones, Jorge V entregó la Copa F.A al Bolton y se retiró ovacionado, a la historia pasaría aquel corcel gris, aparentemente blanco en televisión que evitó una tragedia y permitió que se disputara una de las finales más disparatadas y recordadas de la historia.

3 comentarios:

Lazialle dijo...

excelente historia sobre uno de los mejores torneos que se disputan en el planeta, la FA Cup. La verdad no estaba al tanto de esta anecdota. Gracias por recordarla para todos nosotros.

Saludos!

Machaco dijo...

Que gran competición la FA Cup, llena de maravillosas anécdotas.
Historia viva del fútbol mundial, fútbol de categoría en las islas británicas.
Fantástico blog histórico.
Saludos desde mi bitácora.

cityground dijo...

Buen artículo recordando una de las finales mas pintorescas de la FA Cup.