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Manuel Ortúzar, sacerdote, se dirigía prestamente a un terreno situado al final de la Gran Vía, próximo al asilo de San Mames en su ciudad Bilbao. Alejandro de la Sota, presidente del Athletic, un joven equipo de futbol conformado en su mayoría por inmigrantes ingleses, le había llamado para bendecir los terrenos en donde se llevaría a cabo una magnifica obra: la construcción de su primer estadio.
Al ser una causa noble al párroco no había puesto pero alguno y en su pequeña maleta llevaba todos los utensilios necesarios para ofrecer a Dios aquel templo ahora deportivo, no hacia mucho en ese mismo lugar había quedado situada una ermita en honor a San Mamés de Cesaria, un noble chiquillo que había sido martirizado y arrojado a los leones.
Al llegar allí deposito el pequeño frasco de agua bendita que traía desde su parroquia en un perol y con un pequeño artilugio metálico procedió a hacer los honores. Ese mismo 20 de enero de 1913 empezarían las obras de un estadio que aún hoy, casi 100 años después, recibe la visita de los mejores equipos de España: La catedral de San Mamés.
50.000 pesetas habían hecho falta para que todo se pusiera en marcha, el flamante arquitecto Manuel María Smith había diseñado un estadio que contaría inicialmente con 3.500 plazas, las cuales siete meses más tarde, estaban colmadas en el partido de inauguración frente al Real Unión de Irún.
Los hábiles directivos vascos habían conseguido también la participación del equipo inglés Sepherd´s Busch en un triangular inaugural.
Pichichi fue el encargado de abrir el marcador ese 21 de agosto frente al Real Unión de Irún, Arrete se encargó de amargar la celebración empatando el encuentro y al finalizar la justa el equipo inglés se llevó el titulo para las islas.
Era un campo increíble, contaba con seis filas de fondo, sus tribunas estaban construidas en fina madera y el terreno de juego estaba rodeado por un hermoso y bien cuidado enjambre de flores.
Con el pasar del tiempo la afluencia de publico al pequeño recinto “rojiblanco” se fue aumentando, las localidades pronto fueron insuficientes y en 1925 fue realizada una primera ampliación, ahora 9.500 personas bien acomodadas podría disfrutar del mágico rugido de “los leones” , sobrenombre que adquirió el equipo poco después de mudarse a su nuevo estadio.
El 8 de diciembre de 1926 es el anfitrión de un sentido homenaje, Rafael Moreno Aranzadi alias “Pichichi” había fallecido, un tifus a causa de consumir unas ostras en mal estado, había acabado con la vida del joven ariete de 29 años. Un busto en su honor seria instalado en su sala de invitados, de ahora en adelante cualquier equipo que visitara su campo por primera vez tendría que llevarle una ofrenda floral a su malogrado delantero.
El paso del tiempo parece no aquejar a este anciano espectador del futbol español, sus condiciones cada vez tienden a mejorar, actualmente luego de varias fases de remodelación cuenta con una capacidad para 40.000 espectadores, ha sido testigo de todas las ediciones de la Liga, privilegio que no comparte con ningún otro estadio del país y por sus camerinos ha visto desfilar a grandes figuras del futbol mundial, también se dio el gran honor de albergar a Inglaterra en el Mundial de España 82 y de ser anfitrión de la final de la Copa UEFA del 77.
Lamentablemente sus horas entre nosotros están contadas, el imparable impulso de modernización también llegará a sus instalaciones, se prevé que para el 2013 San Mamés luzca diferente y antecediendo su nombre podría estar la palabra “nuevo” además de alguna marca comercial.
Solo el recuerdo de imborrables tardes de fútbol en su campo bendecirá la memoria de cada uno de los que alguna vez asistió a este monumento histórico del futbol mundial.
4 comentarios:
Larga vida a San Mamés!!!
San Mames es mucho más que un estadio por el que han desfilado los mejores jugadores del Mundo...Se trata de un espacio en el que el futbol trascendió para ser el símbolo de una identidad que muchos han querido confundir con la política. El ambiente de San Mames no tiene parangón en España, y muy poco estadios de Europa pueden alardear de respeto por el rival (otra cosa es el público rival...). El empuje, la charanga y el colorido ha hecho del Athletic un club histórico, y no una medianía más en el panorama futbolero español. Esperemos que ese halo de leyenda no desaparezca con el Nuevo San Mames. Larga vida a la Catedral!
En realidad es lo único que envidio del Athletic, tener un verdadero campo de fútbol. Anoeta con sus pistas de atletismo no me gusta, demasiado frío, nada que ver con Atocha que tenia un encanto especial.
San Mamés es un estadio en el que se respira fútbol, no sé si el nuevo feudo tendrá la misma magia.
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