Un niño eliminó a España de Suiza 54



Nadie lo podía creer, las máquinas de escribir no cesaban de martillar en la sala de prensa del estadio Olímpico de Roma. Los periodistas intentaban comunicarse con las redacciones desesperados. El titular era completamente inverosímil y la angustia se dibujaba en la cara de los corresponsales españoles: ¡Un niño de 10 años elimina a España del Mundial! vociferaban, como si el tono alto de su voz hiciera llegar más rápido el mensaje a la península ibérica. 

Días antes de aquel partido todo era calma y tranquilidad. España, que en el mundial de Brasil 50 había tenido un buen desempeño ocupando la cuarta posición, se enfrentaba a la débil Turquía por un puesto en el Campeonato Mundial de Suiza 1954.  

Para muchos, incluyendo a la prensa especializada, la eliminatoria era un “simple trámite” hacia el objetivo de alcanzar un lugar entre las selecciones que viajarían al país de los relojes.

La meta era mejorar lo hecho cuatro años antes, cuando la selección había derrotado a Inglaterra con el inolvidable gol de Telmo Zarra, en la fase de grupos. También, en la misma fase, venció a Chile y Estados Unidos, 2-0 y 3-1 respectivamente, lo cual le dio el paso a las finales donde lo único de rescatar fue un empate contra Uruguay, a la postre campeón del torneo.

En aquel febrero de 1953 se consideraba que el equipo era mejor que el del campeonato mundial anterior. Veían con buenos ojos la llegada de nuevos jugadores, la eliminatoria a doble partido con Turquía se esperaba como el preludio de una exitosa aparición en el campeonato mundial de Suiza 1954.

El primer partido realizado en el estadio Santiago Bernabéu no dio ninguna pista a los entusiasmados españoles de lo que pasaría más tarde. El conjunto ibérico venció por un categórico 4-1 a los otomanos. Venancio, Gaínza, Miguel y Alsua marcaron los goles que hacían presumir la visita a Estambul como una parada dedicada al turismo donde se sellaría el billete a la Copa del Mundo.

Con un estelar equipo en el cual se encontraba la estrella del momento, Ladislao Kubala, España se relajó y el solitario gol de Sargun Burham tomó por sorpresa a todos, Turquía empataba la serie como local y se jugaría un desempate. En ese momento el gol diferencia no importaba mucho, el reglamento de la FIFA establecía que el empate de victorias tendría que dirimirse en cancha neutral con la celebración de un tercer partido.

Roma fue la ciudad designada para auspiciar el partido de desempate. Ordas de periodistas españoles se desplazaron al inesperado destino, pero ya con miedo en el cuerpo después de ver que el elenco turco no era tan “inofensivo” como muchos lo catalogaban en crónicas pasadas.

Con los jugadores ya en el vestuario llega la notificación de la FIFA sobre el riesgo de poner en la alineación a Kubala, su estatus político por aquella época no estaba bien definido y su titularidad podría acarrear algún tipo de sanción posterior al equipo español.

Sin su principal carta goleadora, España no pudo tomarle el ritmo a un partido, que pese a dominar en la mayor parte del tiempo, empató 2-2 contra los guerreros otomanos que no dieron nunca su brazo a torcer e incluso llegaron a adelantarse en el marcador.

Tras treinta minutos más de alargue, la paridad seguía presente en el marcador, la única salida, en ausencia de los penaltis que se implementarían años más tarde, sería un sorteo.

En una urna de cobre con dos papeles escritos a mano, reposaban los nombres de los dos países en contienda. Franco Gemma, el pequeño hijo de un trabajador del estadio Olímpico, estaba por allí y fue el encargado de seleccionar cual sería el conjunto que asistiría a la Copa Mundo. Con los ojos vendados por un pañuelo blanco, el ‘bambino’ metió la mano en el recipiente y sacó la papeleta que tenía escrito “Turquía”.

España estaba afuera, lo que se suponía era solo trámite era ahora una pesadilla. Aquella mañana del jueves 18 de marzo de 1954, el periódico Mundo Deportivo titularía en primera plana: “… el sorteo nos fue adverso y los españoles quedaron fuera del campeonato mundial”.

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