Alcides Edgardo Ghiggia es y será un nombre que nunca se olvidará en tierras brasileñas, con su cabalgada por derecha eludiendo los esfuerzos de Bigode por pararlo y haciendo pared con Julio Peréz, el extremo de Uruguay había silenciado una multitud de 200.000 personas venciendo al portero Barbosa con rasante tiro por debajo. Era el 16 de Julio de 1950 la final del mundial terminaba 1-2 y profanaba la ceremonia para la que el templo sagrado del futbol brasileño había sido construido: la final de la Copa del Mundo.
Brasil se había propuesto organizar el primer mundial de la posguerra para ganarlo y tenía que ser en un lugar majestuoso, el ingeniero Joan Esteban Suarez Florez era el encargado de transformar en concreto y tribunas las esperanzas de todo el Brasil que con un equipo de ensueño esperaba alzar en alto la diosa Victoria representada en la Copa Jules Rimet por primera vez.
Se denominó Estadio Municipal pero el clamor popular le designo para siempre el nombre de Maracaná por el sector en el que se encuentra ubicado y los silbidos de una pequeño pajarillo muy común en la región, un equipo conformado por Barbosa, Augusto, Juvenal, Bauer, Danilo, Bigode, Friaca, Zizinho, Ademir Menezes, Jair y Chico seria en el encargado de darle toda la gloria deportiva a un escenario que se erigía como el más grande del planeta, su capacidad de 220.000 espectadores aún en la actualidad es la mayor.
Las primeras memorias
El 24 de Junio de 1950 llegó el esperado día con su uniforme blanco, característico de la época, el equipo dirigido por Flavio Costa derrotó 4-0 a México en la inauguración y comenzó una serie de goleadas que lo depositarían en su cita con la historia, un 7-1 frente a Suecia y otra dosis de 6-1 frente a España lo hacían invencible en la ronda final y lo daban ya campeón a falta de un partido de tramite contra un débil Uruguay que había empatado 2-2 con los ibéricos y había derrotado con dificultad 3-2 a los nórdicos.
El estadio había sido dejado sin pintar, el estandarte del futbol brasileño debería llevar los colores del campeón de 1950 que no podía ser otro que el blanco vestido por los locales, pero después de la euforia inicial luego de un gol de Friaca que confirmaba todas las predicciones se pasó a las lágrimas producidas por los goles de Schiaffino y Ghiggia y que obligaría al coloso usar su vestido celeste que conserva hasta hoy en honor a Uruguay campeón del certamen.
El espectador silencioso de la historia
Había sido creado para hacer historia y presenciaba como un testigo mudo la victoria más sonada de David sobre Goliat en el mundo del fútbol, un grupo que liderado por su eterno capitán Obdulio Varela estaba solo contra el mundo que daba por descontado su derrota, minutos antes del inicio del encuentro un dirigente “charrúa” se había dirigido a los camerinos para decirle a los muchachos que estaban “cumplidos si no los goleaban”, Varela en la mitad del campo frente a una muchedumbre apabullante y enardecida en canticos les había dicho a sus compañeros “cumplidos solo si somos campeones”.
Muchos años han pasado desde aquella épica tarde de Julio, el Maracaná ha regalado momentos de gloria y tristeza a sus visitantes, las lágrimas de Pelé regaron su suelo cuando frente a Vasco da Gama venció de penal al casualmente uruguayo portero Andrade para conseguir su gol número 1000, la sangre del chileno Roberto Rojas también rodó cuando en uno de los hechos más infames que recuerde el futbol mundial cortó con un bisturí escondido en su guante izquierdo una de sus cejas acarrándole sanción a su país y su expulsión de por vida, albergó el primer mundial de clubes ganado por un Corinthians además de los miles de jugadores que han desplegado talento en su campo.
Ahora prepara su frac para una nueva cita con la historia, esta vez en 2014, sesenta y cuatro años después de probar por primera vez las mieles de una cita mundial, mas viejo pero conservando su majestuosa grandeza que lo caracteriza como patrimonio de el deporte más popular del mundo.
1 comentario:
Este es un resultado que el país y la historia del futbol Colombiano nunca olvidará.
Lo que me deja en duda es porque los los de la Unión soviética pensaron que iban a perder con nosotros los colombianos y se pusieron a colocar eso en sus camisetas.
Muchas Gracias...
Soy hincha del Deportivo Cali
Me gusta el mundo del periodismo deportivo y es un sueño que pensaré realizar mas adelante.
Me encantaron tus otros blogs...
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Att: Diego Alexis Pacheco desde Cucuta - Colombia pero con el Deportivo Cali en el corazón!!
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